sábado, 29 de septiembre de 2007

Xoon

I
Ese sol tan silencioso sobre la ciudad
la quemadura, los gajos,
un tropel de huachos mal alucinados
bullendo hacia un perro acabado de parir
y en el que tampoco encontraste nada
sino lo belfos asombrados
por el cielo de las charcas
donde mismos los borrachos asechan la cadencia
y al fin sonríen una plegaria para humillarnos,
sin sospechar del festín que les traíamos bajo la falda.


III
Mientras el chasquido eléctrico
del osario del Onaisin se pudre
en los tímpanos muertos de los insomnes
y la niebla cala hasta el tufo del matadero/
a la intemperie de los neones
los viejos suicidas lamen el último sorbo de la cacería,
la caña ya les chorrea la comisura
por recuerdarse empotrados
contra una sábana vacía,

Sólo un sorbo más


IV

Al crepúsculo los velámenes
regresaban a fundirse con la herida del sol,
las mascaras bullían porque poseían los rostros
y volvían a crear el mundo
que otros llamaríamos espejo.

(de Xoon)

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