sábado, 29 de septiembre de 2007

Xoon

I
Ese sol tan silencioso sobre la ciudad
la quemadura, los gajos,
un tropel de huachos mal alucinados
bullendo hacia un perro acabado de parir
y en el que tampoco encontraste nada
sino lo belfos asombrados
por el cielo de las charcas
donde mismos los borrachos asechan la cadencia
y al fin sonríen una plegaria para humillarnos,
sin sospechar del festín que les traíamos bajo la falda.


III
Mientras el chasquido eléctrico
del osario del Onaisin se pudre
en los tímpanos muertos de los insomnes
y la niebla cala hasta el tufo del matadero/
a la intemperie de los neones
los viejos suicidas lamen el último sorbo de la cacería,
la caña ya les chorrea la comisura
por recuerdarse empotrados
contra una sábana vacía,

Sólo un sorbo más


IV

Al crepúsculo los velámenes
regresaban a fundirse con la herida del sol,
las mascaras bullían porque poseían los rostros
y volvían a crear el mundo
que otros llamaríamos espejo.

(de Xoon)

Modus Operandi IV

Nuevamente este humilde cronista se devana los sesos intentado reconstruir una historia a todas luces imaginaria. Pero no hay que dar marcha atrás, por el momento, sino que encriptar los racimos, y por ende las uvas que sospechábamos morenas, y dejar a nuestro odioso peregrino profundizar en su estética de la masturbación fervorosa, o sea aguardar, siempre aguardar. Por el momento este cronista se nos calla.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Suicida interruptis (iii)


Hoy ha sido un dia doble, o al menos prendado de un raro salvajismo donde los propios reflejos nos juegan traiciones espontaneas. En fin, quien lea esto podrá sentirte aludido o no, ambas suposiciones son correctas, y lo único sensato es decir que nuestro querido suicida cítrico ha desvariado por las calles, ha cometido lo que un segundo antes podría haber sumado a su lista de traiciones: me refiero al ensañamiento de los astros que impulsan destinos contradictorios, o sea que se miran con sangre en el ojo,especialmente si después de un abrazo acuchillante con el pasado, de esos que suelen resultar en las esquirlas de pasado mañana, ne preciso lapsus, un aerolito se incedió contra la órbita. En fin, nuestro querido cítrico caminó a eso de las siete de la tarde, abrazó y fue abrazado, intentó jugar con las palabras precisas, aunque estas se mezclaban brutalmente con las pulsaciones de la sangre, y las sinceridades mas odiosas que él escucho utilizando todoas sus dotes actorales para mamarselas con serenidad (al menos con toda la que supo lograr)....pero el ausnto no es ese, ni menos rememorar los nexos espirituales entre un cítrico, un yonki, y un simbolista, nada de eso, sólo hacemos esta cronica, con demasiado guiño de crónica, para abultar los volúmenes sobre teoría del suicidio que ya hemos venido esbozando (nos guardamos la interpretación, claro), y demostrar así que el mínimo rumor en el asombro, o incluso en la desesperación de aferrarse (dijimos ya que los suicidas aman encarnizadamente a la vida y por eso quieren amputársela?), implica la disrrupción total en su única obra de arte, es decir en la de su desaparición perpetua.


La única pregunta es si realmente podemos matar a un muerto.
pd: la imágen corresponde al tipejo que escribe el blog y se supone que es un cítrico a un segundo de despertar.

miércoles, 12 de septiembre de 2007


Los viejos suicidas te intuyen

en el gemido de los goznes
luego tus párpados te queman

y el piercing no deja entreabrir
las puertas.