Digamos que el despertar de un cítrico es apenas el musgo entre las uñas y sobre todo...la fiebre. Por el momento no tenemos rostro alguno para ellos, pero si poseemos herramientas quirúrgicas para seres especulares y onomatopéyicos, tanto que incluso podría decir de quienes son los huesos que ahora huelo en estas cenizas. El asunto es que "...antes el maestro los había citado para masturbarse en sus anos a cambio de algunos venenos baratos, simbiosis como solía declamar dando su espalda a la roñosa pizarra. Un pacto de supervivencia, incluso un gesto de higíenica resignación y luego esa toalla hedionda para limpiarse aquella sensación de pus entre las nalgas".
Sobre eso Romualdo y secuaces dirá algunas palabras.
1 comentario:
Sabes??
Orlando y Rolando estuvieron de santo un día antes que subieras este texto.
Pero es como si humanidad no recordara nada más que sus vidas.
Es como que todos se empeñan en sólo recordarse.
Y nada, pero nada les deja abrir las puertas.
(Tú sabes que odio las rejas)
Un abrazo...
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