
Asecho la ventana, veo las hebras rumiando en la terraza, las viejas parteras vigilan el fogón, un roce de piedra en mi talón herido y el hálito de sus crías bajo el neón de la misma calle donde siempre hay cazadores arrastrando los testículos entre los dientes.
-Nunca olvidas el sabor de las fauces encarnadas al dogal, nunca la pústula de vino abandonada entre la sábana y el belfo del que esta vez se ensañaba a tus hombros antes de ofrendarte su sonrisa de plebeyo, embestirte hasta parir y otra vez arrodillarse balbuceando su plegaria y eyacular todo, todo su veneno.-
*otra vez la imagen es del maldito Munch y el texto es un pedazo de Aikainik.
2 comentarios:
patafisico,...noas ha llegado la hora. imprime y fotocopia,......yo los pinto. los colgamos del cordel con perros de ropa,...afuera de la facultad.
Con censuras es esto,
un beso demonio...
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